El calcetín suicida. Mariasun Landa. Ed. Anaya.
Esta es la historia de un viejo calcetín que en un descuido de su amo queda peligrosamente colgado de las cuerdas de tender sin la seguridad de una pinza. Y aunque parece un suicidio, este viejo calcetín, curioso e inteligente, se lanza al vacío en busca de otra vida. Así pasa de dueño en dueño: una mendiga cariñosa que arregla sus desperfectos, un niño que lo utiliza como arma en sus peleas o un despistado profesor, con el que alcanzará la tranquilidad y el amor de una hermosa calcetina.
Las noches del gato verde. Elisabeth Mulder.
Ed. Siruela
Este
bello libro, con ilustraciones de Asunción Balzola, supone la recuperación de
un clásico de la literatura de los años sesenta. Las noches del gato verde
(1963) no es un relato infantil: es un relato para niños. Y para los que no lo
son tanto. Es además una historia de niños, de animales y de circunstancias
escrito por una autora que creía en los niños, adoraba a los animales y vivía
las circunstancias. A Elisabeth Mulder, el animal que menos afecto le inspiraba
era la serpiente, y quizá por eso una de ellas se convirtió en protagonista de
esta historia. Es Palmira, una serpiente grandota, mansa y casi humana.
La vida diaria no tiene por qué ser un
aburrimiento y así se lo plantea Inés, que quiere hacer de cada mañana un
tiempo divertido. Inés desafía a su madre haciendo todo lo contrario de lo que
ésta le exige, pero a su madre también le gustan las bromas y eso hará que las
relaciones funcionen por el camino del humor. Un libro para que los más
pequeños se identifiquen con la protagonista y para que los padres encuentren
en la risa un modo de aligerar las tensiones de la vida cotidiana.
El joven Kristoffer Poffer y el gnomo
Umpin, tras un mágico encuentro una fría noche de invierno en un bosque, se
trasladan misteriosamente al verano. Conviene saber que en verano, en las
charcas, es posible cazar renacuajos, que después se convertirán en rana, y que
muchas de esas ranas son príncipes que han sido encantados. Kristoffer besa una
y resulta ser Carolus Rex, príncipe del castillo de las ranas, que en
agradecimiento los invita a visitarlo.
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